El sábado por la mañana, cuando hice esta fotografía, no fui consciente del mensaje subliminal que contenía el cartel. Auto-Taller = Taller de autos. Pero también ¿porqué no? Taller propio.
Ahora podría contar la historia de la infertilidad de la mayoría de mis reflexiones. O también podría hablar de la gama de miedos que me engrilletan los pies.
Sin embargo, hoy me conformo con llegar a unas pocas conclusiones:
1. Prefiero equivocarme a no intentarlo.
2. Seguiré creyendo en mi teoría -inventada- de la buena suerte de los números capicúas. Y el número 11 es capicúa.
3. Los domingos son días estupendos para abrir un blog.
www.felipe-ortega.es dijo...
ResponderEliminarBienvenido !!!
( El 11 de diciembre de 2011 15:04)
verdad!!!!
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